Estamos muertos condenados a la nada infinita, sumergidos en un sueño muy profundo
Flotando en el espacio nuestra alma navega a la deriva entre las estrellas perdidas
Somos un recuerdo de los vivos que anhelan tocar nuestra piel podrida y abrazar nuestros espíritus
Fantasmas que aparecen y desaparecen en las casas abandonadas tratando de cumplir una promesa gastada por el tiempo para deshacer la maldición que nos condena a la pena
Sobre los pasillos volamos adentrándonos a la oscuridad del mas allá traspasando el umbral de lo inmaterial y la materia
Nuestros gritos se pierden en el silencio confundiendo el calvario con el frió de la madrugada, desesperados hacemos ruido para que alguien nos pueda guiar hacia la luz del amanecer
Rompemos las ventanas arañamos las paredes tratando de que algún vivo entienda nuestro lenguaje y nos quite la desgracia de ser testigo de lo que nadie puede ver
J. Aurora
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