Como la brisa trae en su suave caricia la tranquilidad del pensamiento, respirando hondo y mirando a lo lejos aparece de sorpresa y sin buscarla la poesía
Caminando sin rumbo fijo la miramos en un paisaje colorido como una ventana que se abre ante nuestros ojos cerrados, resplandece en lo alto de las montañas y en la tranquilidad de la naturaleza, en el sumiso pasar de las nubes, donde nuestra alma se eleva y miramos mas allá de la tierra las estrellas
Nos atrapa en la musica que corre por nuestras venas y en fragmentos de mensajes que escribe el universo penetra en nuestra esencia para recordarnos que sobre la muerte somos eternos y que en lo feo también ahí belleza la belleza que enamora con los sentimientos
En la soledad su profunda mirada hacia lo desconocido y pervertido de nuestras mascaras sociales nos hace confrontar nuestra verdad mas intima, para escribir en lineas celosas que solo ella nos da fuerza para seguir adelante y crear nuevas ilusiones
Su pasión por la vida nos enamora y nos lleva a creer en el amor de verdad el amor que se encuentra donde menos lo buscamos y con quien menos nos creíamos, porque solo ella nos abre el corazón para reconocer nuestra alma gemela
Con el tiempo al caer las hojas del otoño aprendemos a reconocerla en esos momentos de paz que nos regala la vida, cuando ya hemos pasado por muchas tormentas para encontrar la quietud de un espíritu perturbado, cuando nos levantamos para seguir adelante
Al mirar las calles vacías de la ciudad su alma intangible vuela por los alrededores y nos grita que somos parte de ella, la sentimos dentro de nuestra piel para irnos hacia otras dimensiones junto a ella, en ese momento tomamos conciencia de lo que sentimos y entendemos que somos poesía
J. Aurora
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