Aun rumbo desconocido se encamina mi destino
sin tierra sin amigos sin ninguna de esas cosas que nos
hace confiar en la rutina
Lejos de las montañas me pierdo
en los edificios de concreto donde el hombre
pierde su espíritu en medio del caos existencial
Al abismo se lanzan mis contradicciones
en un mundo salvaje de caníbales, la oscuridad
de cada esquina absorbe mi alma
Con el tiempo me pierdo con el tiempo me consumo
y quedo resegado como las sombras que se olvidan
a plena luz del día
Millones de individuos camina a mi alrededor
sin mirarme a los ojos, sin tocar mi piel sin rosar
siquiera los trapos que me tapan el cuerpo
En medio de las voces, las cornetas y el estruendo
de una metrópolis a punto de estallar vivo sin vida
buscando mi lugar en este laberinto de falsedad
Soy la nada, un niño grande que pide amor a gritos en el
centro de la cuidad
Nadie escucha mis gritos, mi vos se pierde en las tragedias.
J. Aurora
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