Cien años de soledad he caminado por la tierra odiando hasta mi sombra
Ahogado en la tristeza todo mi ser se pierde en la negativa oscuridad
Ya nada espero ya nada siento dentro de este trozo de carne
Las estaciones pasan, con las hojas con los recuerdos y la lluvia de lágrimas
Como un vagabundo mas me siento a pensar en un banco de la plaza
La luz rojiza del atardecer se fusiona con las penumbras de la noche
Eterno inmóvil ausente de los ruidos de la cuidad me congelo como estatua
Profundizando mi ser, mi yo, mi ego, mi existencia llego a la nada astral
En las tinieblas de lo intangible encontré un pensamiento
Transformando mi interior en una conciencia de sentimientos
Mi espíritu se abrió a una metamorfosis de luz
Sobre mis heridas se expandieron alas de ángel
Mas allá de la humanidad fui dejando mi moribundo cuerpo
No estaba vivo no estaba muerto estaba ascendiendo hacia la aurora
Volando al universo fui dejando mi efímera existencia de dolor
El laberinto humano es un sueño del que estoy despertando
Sin limites ni fronteras dentro de mi renace el amor
Fuera del tiempo y el espacio nos volvemos uno así como fue el principio
En ti soy libre de mi mismo
J. Aurora
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