Ella voló desde el mundo de la fantasía aterrizando en la vida
Tenia alas y su mirada una chispas de alegría
Diferente a los demás, llenaba la cordura con locura
Me miro, solitario en una plaza
Yo en mi mundo escribiendo poemas
Ella de la luz y las estrellas, tiro mi libreta, y me dijo:
_ No escribas poemas ¡vívelos!.
Me cubrió en un abrazo y, expandiendo sus alas despegamos de la tierra
En la estratosfera nos perdimos viajando a otros planetas
Ella era mi alma, rescatando me la rutina.
Juan Morillo
17/07/2017
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