Pasando a través de los payasos y los arlequines corren a toda velocidad los enanos del carnaval
que sonríen y lazan caramelos a los niños
Las carrosas con garotas alumbran la avenida al compás de los tambores de la banda sonora que vibra y retumba en cada esquina de la ciudad
Con disfraces y sombreros los bailarines saltan y dan volteretas entre la multitud de espectadores que
alucinan con sus proezas
En zancos de tres metros camina un joven escupiendo fuego por la boca, de la enorme barbar
de un hombre salen palomas volando hacia las estrellas
La magia se respira en la atmósfera, las sonrisas detienen el tiempo y el espíritu se libera para olvidar
las tragedias y embriagarse de alegría
Los adultos se transforman en niños y vuelan por los aires al recuperar aquellas ganas de vivir que murieron en los muros del laberinto de la seriedad y las mascaras de las apariencia donde buscan la salida para encontrarse de nuevo con la felicidad de ser como son sin ataduras ni conflictos
Las luces de colores giran a mi alrededor, poco a poco me voy dejándo llevar por el mar de jubilo para flotar sobre la gente que no puede sonreír en el carnaval
J. Aurora
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