EL
NACIMIENTO DE UN NIÑO
Desde
la fuente primitiva comenzaba a germinar las raíces del árbol de la
vida.
El
ovulo ideal se formaba para evolucionar la psique más allá del
triste vacío de lo material.
El
universo estallaba en medio de mi expansión cósmica moldeando mi
estructura incorpórea.
Reposando
en las nebulosas fluía alrededor de pequeñas partículas que se
entrelazaban para formar mi inconsciente.
No
estaba vivo ni muerto, no era luz ni oscuridad, simplemente era un
soplo de aliento a la deriva en el éter astral.
Desde
las penumbras de lo intangible nací más allá de los planetas,
entre la amalgama del calor y el frío floreció un pequeño
prodigio.
Sobre
el manto infinito de las galaxias guardaba en mi núcleo la
irradiación energética de la complementacion anímica.
¡Tucúm!
¡tucúm!, mi corazón empezó a latir al ritmo de la creación para
darle inicio al milagro de la vida.
Percibiendo
la fuerza del cosmos, era un neonato alimentándome del cordón
umbilical de la existencia.
Al
pasar los siglos me trasforme en un niño, inocente, sin temores ni
enredos.
Viajando
a través del espacio choque en una tierra gris y acelerada, sus
habitantes no paraban de discutir, sin saber por que discutían.
Como
había llegado a esta tierra sin padres fui adoptando por una familia
pobre y humilde, que vivían acurrucados en un rancho de zinc a las
afuera de un pueblito.
En
las noches, más allá de mis sueños sentía una cálida presencia
que me guiaba en el caos de la humanidad. Como nadie podía entender
mis pensamientos extraorbitarios con el tiempo fui adoptado la manía
de hablar solo.
Todos
me decían loco, pero muy guardado en mi corazón tenia la firmeza de
que la vida era un milagro, de que mis verdaderos padres habían
volado hasta el infinito de la creación, haciendo posible en su
unión mi nacimiento.
Desde
muy pequeño comencé a trabajar, limpiando bostas en una pequeña
plaza a kilómetros de mi hogar.
Una
tarde caminando por la desolada carretera que daba hasta el pueblo
vi volar sobre el crepúsculo del cielo una aurora boreal, la luz
cromática que parpadeaba en el firmamento era el espectáculo natural
mas hermoso que había visto en toda mi vida.
Extendiendo
mis brazos corrí sin parar detrás de la aurora, en mi veloz andar
fui gritando a todo pulmón. _ ¡No imparta lo pobre que sea¡ ¡Soy
feliiiiiiiiiiiz! ¡Soy feliiiiiiiiiz!
UNA VISÓN APOCALÍPTICA
Desde
el inconsciente hacia la consciencia se abren los canales de la
percepción.
Sobre
el cielo en llamas van volando los fragmentos desmembrados de
soldados que defiende las fronteras en armas de la ignorancia.
Destruyendo el reino de la naturaleza y las especias salvajes,
cuarteando la tierra con los cráteres que dejan las bombas,
desgarrando los arboles en ráfagas de ametralladoras, y contaminando
el aire entre los desperdicios que deja cada conflicto revuelto, por
los cobardes que se sientan en gobiernos de hipocresía y deshonra.
La
guerra no perdona y borra con su odio la fe de los creyentes
liberando la bestia que cada persona encierra en su interior. Las
personas que antes eran decentes, con la muerte cerca, se van
convirtiendo en caníbales excitados por la confusión.
La
coexistencia al rededor de los muros que encierra la civilización
moderna se ha convertido en un infierno que arrastra a los mas
inocentes hacia el abismo de la destrucción que crearon los
fundadores de la abominación terrestre.
Encadenándose
a la miseria los niños funden sus ojos en las penumbras del dolor
para maldecir su nacimiento y marchan a la guerrilla alimentando su
rencor con las manos manchadas de sangre.
La
tortura de los que se engañan a si mismo, es eterna, pero sus vicios
solo duran un parpadeo. De tanto golpear la pared los nudillos se
lastiman, de tanto llorar en omisión la voz se enmudece.
A
lo lejos, solo parece que son niños infelices pero dentro de su
piel, dentro de sus memorias la tristeza los condena en múltiples
reencarnaciones
En
un mundo paralelo a esta materialidad la sonrisa de aquellos niños
muertos en guerra se desbordaría de alegría al terminar el día,
sobre el ocaso jugarían en el columpio del parque, correrían,
saltarían y sin ninguna preocupación continuarían al siguiente
día.
Pero
en este mundo no hay amor.
Sin
amor, las niñas pierden su propio valor.
Sin
amor, los niños pierden su sensibilidad.
Sin
amor, di los primeros pasos de mi subsistir.
El
amor no existe en la estructura que sostiene los pilares del
discernimiento humano, entre las ruinas de la sociedad moderna se ha
ido dejando una vulgar ilusión sentimental.
La
alteración del crecimiento cobra sus defectos en el desarrollo del
alma.
El
final de los tiempos transcurre en la acracia de la humanidad
inundando las calles sobre marejadas de zombis que arrastran la
civilización hacia un pandemónium. En el murmullo de rezos y
oraciones se escucha el lamento de los que mueren atormentados por la
culpa que los condena.
Los
nazarenos sucumben el día de la ira dejando sobre las cenizas a un
pequeño de 7 años. Errante el infante vaga en el desierto de un
mundo devastado. Observando el Apocalipsis a su alrededor el niño
toma entre los escombros un objeto punzante y se corta las venas.
Antes de morir el infante, con su ultimo soplo susurrar al aire
contaminado. _ La vida es una mierda.
ESTO
ES UN SUEÑO. SI SOLO UN SUEÑO
Onírico
se hace el hilo que sostiene la inspiración de los poemas, mirando
más allá de la realidad la demencia de la sociedad.
El
esclavo de si mismo trabaja para ganar perdidas, destrozando su
pureza, intentando sobrevivir en su eterna decadencia espiritual.
Los
traumas abren las puertas de la esquizofrenia para alimentar la
anarquía comiendo mierda de las fantasías.
Trastornado
camina el individuo sobre su propio drama paradójico dividiendo su
personalidad en múltiples mascaras que fragmentan aun mas la
fragilidad de sus emociones, dejando borrosa e irreconocible su
propia verdad personal para desarrollar las patologías que lo
sumergen en el cáncer de sus propios sentimientos.
Jugando
con su inventiva y políticas dogmáticas el hombre cree que puede
llegar a ser el dios de una nueva era, pero solo consigue quedar más
y más perdido en el laberinto humano, estancando la evolución de
su nacimiento entre el universo que lo creo y la estupidez humana.
Cada
persona crea su propia barrera para aislarse del mundo, imaginando
que así puede superar el miedo a la sinceridad.
Mientras
el ser desconozca su propia sombra y oprima su psique entre las
paredes del materialismo, jamas despertara de los sueños mundanos.
CIUDAD
DE LOS ZOMBIS
Despierto
en mis sueños caminando en espiral por los escalones de una torre.
Hacia bajo, mas abajo de la tierra voy adentrándome a lo desconocido
de mi entelequia. Mi corazón retumba agitado mientras el descenso
continua casi sin visibilidad alguna.
Girando
en círculos a través del largo cilindro mis pasos siguen la inercia
del movimiento. Ya no puedo ver donde piso, ni mis manos, ni la
claridad de los candelabros que quedaron detrás de mi sombra.
Desesperado
dejo de tocar los muros para correr hasta el final. En mi enérgico
esfuerzo se enredan mis pies y caigo rodando como una pelota.
En
las tinieblas, mi cuerpo se golpea con el eco de una puerta. Adolorido me incorporo en la oscuridad tanteando con mis dedos la
manecilla de la cerradura.
Al
pasar del otro lado me encuentro en una enorme ciudad envuelta en
una densa neblina.
Luego
de recorrer algunas calles desoladas, me tropiezo con una persona en
extrañas condiciones.
Su
piel estaba pálida y corroída, su andar era torpe y vacilante, al
acercarme para conversar solo balbuceaba sonidos sin articular.
Era
un zombie deambulando por las avenidas. Pero no estaba solo, al mirar
con mas inclinación el área descubrí que todo el urbe estaba
poblado de muertos vivientes.
Tembloroso
troto de un lado a otro, zanqueando por las avenidas, las plazas, los
bulevares y los semáforos. De tanto andar esquivando a las criaturas
me detengo en medio de una encrucijada a observar como se comportan.
No
me persiguen, ni siquiera notan mi presencia, solo entran y salen de
las tiendas comprando cosas innecesarias, laborando sin cesar como si
estuvieran vivos.
Semejante
a una ola de fanáticos los zombis circulan a mi alrededor
descontrolados como una estampida de toros salvajes.
Caminando
sin rumbo me pierdo aun mas en el caos de la metrópolis, la neblina
entorpecer mi andar acortando mi perímetro visual. El atolladero de
cruces y veredas confunden mis sentidos, corro, grito, doy volteretas
pero siempre termino aturdido e ignorando por los descerebrados.
¿Es
mi mente la que ha creado este mundo bizarro o es el destino que
compartimos todos?
Aunque
me siento vivo creo que ya estoy muerto, en realidad no hay
diferencia entre este holocausto de cadáveres y lo que recuerdo de
las personas de carne y hueso. En esté y cualquier mundo el hombre
solo sera un fantasma de su propia creación ignorando su origen, sin
saber a donde va.
De
pronto frente a mi se abre el suelo agrietando el asfalto y haciendo
crujir la tierra, del agujero se impone un enorme rascacielos que se
eleva hasta las nubes.
Atravesada
la estructura en mi camino decido entrar para llegar hasta el ultimo
piso y obtener un plano aéreo de la ciudad.
UN
RASCACIELOS ENTRE EL CIELO Y LA TIERRA
Pasando
por el recibidor me invade un aire frío, mirando hacia los laterales
observo que el lugar esta desolado.
No
había ningún muerto a la vista todo el interior estaba aislado del
caos de la ciudad, como si el enorme rascacielos fuera un puente a
otra dimensión.
Revisando
los estante de la recepción encontré entre las gavetas una pequeña
llave con una etiqueta que decía: LLAVE DEL ASCENSOR Tomándola me
detengo frente a las compuertas del elevador buscando la ranura de
dicha llave. Al encontrarla la introduzco girándola hasta que
escucho el “clack” que indica que las puertas se pueden abrir.
Intentando
separar las placas metálicas con mis manos percibo desde el otro
lado una corriente helada que me va dejando sin aliento.
En
medio de la ranura vertical vislumbro un manto celestial que
centellea en el firmamento.
De
la impresión retrocedo torpemente cayendo sentando a las compuertas
que se cierran en le apto.
Al
quedar abatido en el suelo veo sobre el marco del montacargas la
numeración de los pisos, con una extraña secuencia numérica que se
leía :5.8.9.12.26.30.45.51.66.78.80.92.100.1000.2013
Distraído
en la confusión serial siento vibrar las paredes a mi alrededor, y
escucho un.
¡Tween!
A
mis pies se abren las puertas del ascensor,
mostrando
el cubículo que transporta la carga.
Al
montarme en la plataforma el espacio reducido me trasmitió la
sensación de estar dentro de una urna, impresión que aumento cuando
las compuertas se cerraron.
Al
contrario de la numeración que se mostraba afuera sobre el pórtico
el tablero dentro del cubo solo tenia un botón con un pequeño
monitor indicando PB
Pisando
el botón el mecanismo se pone en movimiento haciendo que la caja
mecánica se eleva velozmente empujando mi cuerpo.
En
la pantalla del tablero los números aparecen y desaparecen al azar
como en un juego de lotería.
24.--
14.-- 5.--65--.2.--8.--10.--6.--60.--3.--1
Frenando
bruscamente el ascensor se detiene en el piso 3.
PISO
3
Las
placas se abren y entro en un enorme salón a media luz, al
adentrarme veo en el centro un anciano sentado sobre una silla,
alrededor de este, se extendía un espiral marcado en el suelo con
tinta roja. Entrecerrando los ojos el anciano hace un esfuerzo enorme
para enfocar mi rostro. Sin que yo pudiera pronunciar una sola
palabra el jubilado me habla como si él estuviera solo.
_
Yo estuve aquí cuando se creo la metrópolis muchas fraternidades
decían que levantar un urbe a lo largo y ancho de las inhóspitas
llanuras era la solución idónea para poder dominar el espíritu
salvaje del hombre, para que así no vagase por los campos y las
montañas en busca de un refugio acogedor que le proporcionara
comodidad. En su ignorancia mística la mente se desprendió de las
estrellas y la clarividencia, destruyendo los bosques, contaminando
los océanos, agrietando los suelos e intoxicando el oxigeno, tan
solo para construir un armazón de concreto y plástico que cercena
las raíces nativa que conforman el legado de los que fueron un día
los primeros aborígenes que evolucionaron la psique humana,
edificando sobre sus tumbas la ciudad; un laberinto erguido sobre
muros y plataforma teatrales que enmascara la esencia del hombre
manipulando su voluntad, su intuición, su instinto y haciéndolo mas
débil y dependiente del consumismo. Irónicamente los grandes logros
de la tecnología se han creado inspirados en el mundo silvestre. Lo
que no ha podido entender el hombre moderno y nunca entenderá, es
que su propia alma es un ente vivo que forma parte de la naturaleza.
Las grandes tribus indígenas comprende esta verdad universal, por
eso es que en sus rituales sagrados los shamanes representan la
virtud del guerrero a través de la conexión con los animales y los
elemento de la Madre Tierra, de esta manera se simboliza el vinculo
que la humanidad concibe con el cosmos. En una aproximación cercana
a los salvajes los citadinos acogieron infinidades de
representaciones mitológicas formadas por sus egos, fantasías y
temores, para darle una alegoría metafórica a sus impulsos
psíquicos, que le exigen llenar un vacío existencial entre deidades
que alientan la opacidad que le somete a la adoración de su propia
imagen alterada de forma sobrenatural, pero que a la lagar es parte
de su propio ego, mientras que para los nativos el único dios esta
dentro de ellos mismo. Ahora la esencia del hombres es dominada por
los sistemas religiosos, por las leyes, por las ciencias, por los
miedos estructurados, por las comodidades y sobre todo por el peor de
los males del espíritu, el juego sociológico en el que cada persona
finge bienestar, finge felicidad, finge amistad, hasta se falsea el
amor y la espiritualidad.
Luego
de terminar su discurso el abuelo quedo sumiso en un profundo
silencio, lo único que hacia era mover la cabeza de un lado a otro.
Intentando
tener respuesta de este mundo surrealista le pregunto al oído.
_
¿esto es un sueño?
Dejando
el inquietante movimiento de su cuello exclama.
_!Claro
que no es un sueño¡ es un sustantivo astral, todo lo que el cerebro
percibe no importa si viene de la consciencia o el inconsciente
representa una materialidad o posible materia potencial.
Sin
entender ni pió de lo que decía el abuelo, aborde la pregunta desde
otra interrogante.
_
¿Pero este mundo es real o no?
A
lo que respondió abriendo los ojos como luna llena y fijando su
mirada hacia el vacío del estudio.
_Este
mundo es la respuesta simbólica a las perturbaciones que ha creado
la humanidad en su andar por el camino de la creación, un tejido de
información connatural que se proyecta mediante los sueños y el
inconsciente. Solo el niño que habita en el umbral que separa la
consciencia del inconsciente es capaz de comprender los enigmas
eventuales que guían al adulto hacia su complementacion anímica.
Pero estamos muriendo explotando las creencias sustentables que
permiten el crecimiento y desarrollo de la psique.
De
golpe, el octogenario se levanto de la silla corriendo desesperado y
profetizando calamidades por todo el salón.
_Los
arboles arden en las montañas oscureciendo el cielo, la naturaleza
muere lentamente delante del hombre que la consume para cagar
desperdicios. El sol se hace negro la luna se tiñe de rojo. ¡El
Apocalipsis es ahora!, ¡el Apocalipsis es ahora! ¡el Apocalipsis es
ahora! Refugiándose en una esquina de la habitación el anciano se
arrodillo y comenzó a llorar. Su llanto era acompañado de un
escalofriante chillido. Por todo el estudio corrían ríos de
lágrimas que fueron acumulándose rápidamente formando posos que
crecían sin parar.
Alejándome
del inconsolable anciano me apresuro por llegar al ascensor. Su
lamento era tan pronunciado que en poco tiempo hizo una laguna en el
enorme estudio.
En
un parpadeo, el agua me llegaba hasta las rodillas. Aunque mis pies
se movían no avanzaba lo suficiente para huir del diluvio. Era
inútil progresar, pero me daba terror rendirme y ahogarme en el mar
de lágrimas.
Con
el liquido hasta el cuello cerré los ojos y me fugue de la
situación, no quería morir, no quería estar ahí.
La
primera imagen que me llego en la oscuridad de mis ojos, fue la
silueta de mi cuerpo desnudo congelado en las heladas capas de un
bloque de hielo, estaba muerto con el rostro demacrado y estirado de
desesperación, al igual como perecen los fusilados que abando la
carne con los ojos abiertos, queriéndose aferrar a un día mas para
entender lo que no pudieron entender de sus errores, con la duda
inquietante de si luchaban en pro de la paz o a favor de la
destrucción. Lo segundo que vislumbre fue un cielo despejado. De
entre las nubes aparecía una india pintada de rallas amarillas como
rayos de sol que adornaban su piel morena y resaltaban sus senos
erguidos, caminando en torno a mi, me decía: “cuanto mas agitado
este tu corazón, mas difícil te sera salir de las aguas estancadas
que dejan tus aflicciones, no le tengas miedo a la muerte porque ella
es tan natural como el aliento que te da vida”.
Volviendo
en sí deje de moverme a pesar de que el agua ya me había sepultado
por completo. Inmóvil voy sumergiéndome en la tranquilidad mi de
ser. Cuando no pude aguantar mas la respiración la fuerza de una ola
empujo mi humanidad hacia el ascensor.
En
medio de la corriente las puertas del montacargas se abrieron
dejándome pasar, al entrar el agua fue bajando de nivel drenando por
completo el piso. Respirando profundamente la entrada se cierra y el
engranaje se pone en marcha elevando la caja mecánica.
PISO
10
Nuevamente
al azar el elevador se detiene al titilar el numero 10 en la pequeña
pantalla.
Al
separase las placas metálicas se abre frente a mi un espacio blanco
e infinito escaso de paredes, suelo y techo.
Sin
atreverme a dejar el montacargas me arrincono para no caer al vacío.
Contra
mi voluntad una fuerza invisible me empuja fuera del cajón,
fugazmente intento agarrarme de algo pero es inútil.
Arrojado
en la transparente atmósfera mi cuerpo queda flotando a la deriva,
la inmutable quietud del lugar jugaba con mis pensamientos.
Ausente
de sonidos y dirección mi cerebro se iba a los recuerdos mas
tranquilizantes de mi memoria proyectando en mi entorno los
espejismos de mi evocación.
Estábamos
los dos reunidos en una noche de navidad, compartiendo sonrisas y
anécdotas, el vino nos embriagaba y nos hacia olvidar de momento el
terrible pasado de donde habíamos llegado.
Me
sentía feliz de estar junto a esa persona porque su presencia
borraban mis pesadillas y le daba paz a mi alma.
No
sabia de donde había llegado pero en el interior se parecía a mi.
A
su lado comenzaba a entender la sinceridad de los sentimientos que se
esconden en la sombra de los miedos.
Abruptamente
los recuerdos se detienen llevando mis revelaciones hacia el pasado
enfocándose en escenas reprimidas.
EL
PASADO
Me
veo de 15 años creyendo que todo lo que me dicen es verdad como una
polilla que sigue cualquier fuente de luz
La
vergüenza me invadía al mirarme al espejo me sentía feo,
rechazado, desfigurado como un cuadro abstracto sin ningún tipo de
valor.
Para
la gran mayoría un complejo físico que se superaba fácilmente con
unos trapos, maquillaje y dinero.
Cada
pequeño defecto que veía en mi me encerraba profundamente en las
penumbras de mis adentros.
La
perfección de los demás se burlaba a diaria de mis pequeños
logros. Quería huir a una isla donde nadie me hiciera sentir mal a
un mundo donde todo fuera como yo imaginaba.
Retrocediendo
las evocaciones hasta los 7 años, estoy encerrado en casa, papá y
mamá se fueron a trabajar y me dejaron solo.
Rodeado
de las enormes paredes oía en el abandono de mi niñez que los
rincones y pasillos de la casa me hablaban con voz añejada, aunque
me tapaba los oídos seguía escuchando las voces espectrales en mi
cerebro.
Las
horas se hacían eternas cuando me dejaban enjaulado en mi hogar, el
misma pánico se repetía años tras años.
La
soledad me aterraba rompiendo mis dientes y alterándome los nervios.
Toda mi infancia estuve acompañado de la soledad.
Vuelvo
a la adolescencia hacia los 20 años, estoy encerrado en mi
habitación viendo correr la sangre de mis venas.
Las
lágrimas congelan el instante de dolor, poco a poco siento que se me
va el aliento. Mi garganta seca pide un poco de alcohol y mis fosas
nasales el humo de un cigarrillo. Hace más de 5 meses deje de tomar
y fumar aunque ha sido un gran avance hacia mi reestructuración aun
así no encuentro la felicidad.
Los
diplomas colgados de la pared solo hacen que mi espíritu se sienta
mas golpeado. El sexo fugaz viene y se va dejando la rutina dentro de
mi soledad, nada de lo que hago consigue que el niño dentro de mi
vuelva a sonreír como en mis fantasías.
Siento
que estoy crucificado a la sociedad, crucificado a mi forma de
inferir las cosas.
Mirándome
de joven en la retrospectiva comprendo que pude a ver logrado muchos
cosas más de no ser por aquella época tan solitaria en mi niñez.
Insistiendo
enfáticamente en los espejismos percibo paulatinamente que fue un
acontecimiento único el que marco mi destino a la decadencia.
Concentrando
mis cicatrices en una sola proyección entro en el calabozo más
oculto de mi pasado.
EL
NIÑO Y LA BESTIA.
Regreso
a los 7 años a esa etapa de incansable desamparo.
Una
ventana se escucha estallar en el piso inferior de la casa
interrumpiendo las voces fantasmales, el eco del sonido anuncia la
entrada de la bestia a mi hogar, ignorando lo que pasa en la planta
baja corro a la puerta del cuarto y paso el seguro esperando a que la
criatura se valla sin notar mi presencia, los minutos se hacen más
lento de lo costumbre, endemoniada la alimaña destruye todo a su
paso buscando algo de valor que sacie su sed de sadismo, el estruendo
que causa su ira se escucha como los relámpagos de una noche
macabra, los rincones se estremecen con su búsqueda. Después de un
rato hurgando en la parte inferior de la vivienda los pasos del
intruso marchan por las escaleras como si su olfato oliera el miedo
que calla mi silencio, de golpe tumba la puerta del cuarto de al lado
donde duermen papá y mamá en el lugar desata de nuevo una tormenta
destrozando todo lo que encuentra a su alrededor, los muros se
agrietan los cuadros se caen, de pronto el alboroto queda apaciguado,
el monstruo ha conseguido algo que calma su demencia, pero aun quiere
más de su vicio. Frente a mi puerta se ha parado, cansado de forzar
la cerradura embiste a patadas con todas sus fuerzas, sin salida de
lo que se avecina me escondo de bajo de la cama, la aldaba no aguanta
más y por los aires la puerta vuela, insaciable del impulso que le
domina la bestia vuelve a tumbar todo lo que encuentra organizado en
mi cuarto infantil, mordiéndome la lengua ahogo mis gritos mientras
todo cae al suelo, exhausto de registra en las gavetas y el escaparte
el poseído se para justo en el marco de la entrada, desde mi tenue
refugio veo sus sucias patas entre la claridad del cuarto y la
oscuridad del pasillo, respira agitado como echando fuego por la
nariz por segundos permanece ahí indeciso de irse o seguir buscando
algo que no ha saciado su odio por vida, en la eternidad de mis
adentros se abren las puertas del infierno descendiendo a un mundo
irreal, un solo pensamiento cruzaba por mi mente
“vete,vete,vete,vete”. La luz del cuarto se abre paso sobre la
oscuridad que me ocultaba, el liviano colchón de la cama sale
disparado con el esqueleto de aluminio que lo sostenía dejándome al
descubierto, paralizado grabo en mis olvidos el amargo momento como
una película borrosa, “dios no existe, nunca ha existido”, fue
lo único que puede pensar. Los fragmento del rompecabezas se
empezaban a articular para revivir el olor, el sonido y la horrible
sensación del siniestro.
Acurrucado
en el suelo no me atrevo a levantar la mirada,
la
bestia me mira satisfecho de lo que ha encontrado.
Con
sus garras me levanta, en el impulso cierro fuertemente los ojos, no
quiero mirar, no quiero verle el rostro.
Acomodando
la silla donde mamá se sienta a leerme cuentos de Klaus Poppe me
sienta en sus piernas, jalando fuerte de mis cabellos me hace abrir
los ojos.
Parpadeo
para enfocar sus ojos rojos que me miran fijamente, su aliento
putrefacto pregunta.
_
¿el dinero niño donde esta el dinero?
Ausente
del momento me quedo callado.
_
si no hablas te mato...
_
deja de llora...
_
responde...
No
entendía lo que sucedía, no era capaz de entrar en razón.
Sobre
mi cuello sentí el calor de su garra.
Tensando
fuertemente los dedo no podía respirar, la luz se me iba, las
pupilas me revoloteaban fuera de su orbita, me estaba muriendo.
Antes
de entrar en coma logre escuchar a lo lejos las sirenas de una
patrulla, después perdí el conocimiento. El monstruo se había ido
contaminando la inocencia de mi infancia descontrolando la percepción
de todo lo que me rodea y dejando su huella imborrable marcada en mi
piel, para liberar con el tiempo mis propios demonios.
Desentrañando
lo sucedido los recuerdos revividos desaparecieron dejándome
nuevamente en la atmósfera blanca de donde habían surgido.
EL
ABISMO DEL MURCIÉLAGO
Durante
un rato estuve conmocionado sin intención alguna de salir de aquel
abismo.
Al
mirar dentro de la caja de pandora comprendí que muchos de mis
fracasos, errores, miedos, fobias y trastornos de conducta tenían un
origen mas profundo que una simple negación o depresión.
El
trauma psicológico había creado un espectro fantasmal que me
atormentaba arrastrándome hacia conductas y decisiones irracionales.
Desde
aquel día mi comportamiento sufrió una perturbación intelectual y
sociológica abriendo además una percepción introvertida de los
conflictos colectivos.
Entre
las caretas que usaban las personas podía captar sus complejos sus
errores y lo confundido que estaban aunque fingieran una sonrisa.
Sobre
el peso de mis hombros sentía que era yo contra doto el mundo y que
el mundo estaba encontrar de mi.
La
humanidad con sus vicios y sus desordenes me daba asco hasta el punto
de llegar a la neurosis de odiarme a mi mismo.
Todo
lo que sufría se reflejaba a mi alrededor y volvía hacia mi
interior, estallando en comportamientos descontrolados, por largas
temporadas trataba de dominarme pero la ausencia del descontrol se
acumulaba en estallidos peligrosos de ira, con lo cual la cura era
más peligrosa que la enfermedad.
Mi
adolescencia fue como un murciélago en el abismo, el eco de mis
pensamientos se expandían en la confusión sin tener ninguna
compresión de lo que sentía para poder extender mis negras alas y
volar fuera del aturdimiento.
EL
TRAUMA
Ausente
de mi razonamiento dejaba a la deriva mis pensamientos, sumergido en
el firmamento de la blanca habitación donde flotaba mi cuerpo.
El
quedarme estancado por toda la eternidad en ese extraño mundo
paralelo ya no me asustaba, ni la muerte me daba miedo.
Por
momentos más allá de esta enigmática experiencia, sentía que mi
vida era una cadena de interminables tragedias.
Fugazmente
comprendí que no era yo contra todo el mundo, la verdad más
profunda que pude desentrañar en las interminables horas de mi
aislamiento, era que una parte de mi necesitaba arrogarse hacia ideas
traumáticas para sentir un extraño placer en la decadencia de mi
autoestima amplificando el drama, el miedo, la soledad y las malas
decisiones.
El
impacto traumático se había transformado en la oscura sombra de mi
inconsciente atacando mis nervios para recurrir impulsivamente a la
ansiedad de mis sentimientos, reprimiéndolos en el aislamiento o
explotándolos en exceso de compañía.
Sin
motivos algunos habían días en los que cambiaba drásticamente de
humor llorando en la melancolía colérico en la frustración, con
necesidad incontrolable de ser amado, de estar acompañado o
completamente solo.
Dentro
de mi existía una división de múltiples personalidades que se
peleaban entre sí para obtener el control de mi ser.
En
ocasiones no sabia quien era yo, o lo que hacia para sobrevivir, si
lo que maquinaba tenia sentido o no.
POLARIDADES
DEL YO
Como
si un empujón separara mi alma del cuerpo me veo en los eclipses
cotidianos del ego.
Fuera
de mi observo la representación física que todos reconocen como el
yo social, más no es el yo verdadero, solo es una actuación
circunstancial adaptativa a la situación que se me presenta como una
respuesta estimulada que cambia vertiginosamente de estados
afectivos.
En
una escena desentrañada por la blanca habitación, me veo colérico,
endemoniado por la frustración y el miedo, golpeo las paredes
odiando a las personas que me aprecian.
Cambiando
de acto estoy abrumado, ahogándome en la pena y los vicios para
repetir los fracasos y errores que me hacen adicto a la negación.
En
otra secuencia aparezco enamorado y confundió haciendo tonterías
para calmar mis pasiones y deseos innecesarios de compañía.
Ahora
me veo riéndome de cualquier tontería, no puedo parar de reír de
cosas estúpidas y sin sentido.
Terminando
la jornada del día aparezco estresado olvidando cada pequeño
detalle de lo que me hace feliz.
En
la colectividad soy lo que los demás ven de mi, la primera impresión
que toman de un momento repentino que produce un juicio improvisado.
Pero
en realidad no soy lo que soy, sino lo que han hecho de mi, una
fragmentación de personalidades incontrolables creadas por el
conflicto de polaridades que busca su propia verdad.
En
la individualidad soy un ser irreconocible a mi propia verdad
buscando respuestas y soluciones para evolucionar el alma que vibra
dentro de mi.
EL
RAZONAMIENTO INTRÍNSECO
Ondeando
en mis reflexiones comprendí que mi comportamiento alterado no era
una enfermedad clínica, que se curaría con simples antideportivos,
sino, una manifestación natural de patrones desencadenados por el
impacto psíquico de un trastorno vivencial, creando así un desorden
psicológico que el inconsciente busca organizar a raíz de los
sueños, la intuición y la espiritualidad, guiando al hombre hacia
su propio origen y crecimiento personal.
El
antagónico placer que sentía en la degradación de mi humanidad era
el estimulo de mi sombra por permitir aptos vergonzosos y degradantes
hacia mi propio persona, en los que mis penas se refugiaban para
llenar la ausencia de amor y sinceridad con la que había nacido.
Los
cambios de personalidad incontrolables expresaban una alteración
psíquica mediante una continua identificación intrínseca con
formas representativas que me recordaban de forma imperceptible los
eventos traumáticos. Desbordando o apaciguando la fluctuación de
una energía mal canalizada.
De
modo que estos eventos creaban conflictos existenciales con los que
se rompía el auto control de los cambios de personalidad cotidianos
para hacerlos pelear entre ellos, intentando encontrar una definición
propia del yo más profundo, de los sentimientos y las sensaciones
subjetivas.
Todos
estos cambios se manifestaban en cada pequeño aspecto de mi realidad
y mis sueños como símbolos y signos que me guiaban a la
comprensión, aceptación y superación del traumatismo.
Fluyendo
mediante las sensaciones podía captar una cálida presencia que me
guiaba hacia este entendimiento.
Como
si una fuerza se apoderara de mi destino iluminando el camino que
debía seguir.
Hasta
esta encrucijada causal podía llegar mi compresión de las escenas
desencarnadas por mi inconsciente. Mi tiempo aquí había terminado
haciendo aparecer nuevamente de la nada el elevador.
PISO
31.
Ascendiendo
más alto que los anteriores piso llegue hasta un largo pasillo
rodeando de puertas de roble de las cuales se escuchaban gritos,
cánticos y oraciones.
Adentrándome
hacia el interior del corredor el ruido ineludible de las puertas
intrigan cada ves más mi curiosidad.
Paso
a paso camino en sigilo procurando no hacer ruido hasta acercarme a
la ranura de una de las tantas puertas del pasillo.
Apoyando
el odio escucho una vos que me habla desde el interior de la
habitación.
_
Deja de curiosear, si quieres pasa pero no te quedes a mitad del
camino porque la incertidumbre te puede arrastrar a la ignorancia.
En
medio de la puerta colgaba varias oraciones que decían:
CAMINA
A LA VIDA PORQUE ESTAS MUERTO.
SOBRE
EL MANTO DE LA AURORA RENACE LA CONSCIENCIA PERDIDA.
AUNQUE
HALLAS RECORRIDO MILLONES DE KILOMETROS NO TE RINDAS A DOS PASOS DE
LA GLORIA.
MAS
ALLA DE LAS ESTRELLAS ENCUENTRA LA RESPUESTA EN TU PROPIO
PENSAMIENTO.
NO
TOQUES LA PUERTA ENTRA SIN TEMORES PORQUE ESTAS EN TU CASA.
Entrando
veo a la distancia una anciana sentada de rodillas cruzadas en el
centro de un mandala tejido en lino, sobre el cual estaba orando en
un dialecto indígena.
EL ORÁCULO
Mirándome
con la ternura de una madre que se reencuentra con su hijo, la
anciana me dice:
_
No tengo que ser adivina para saber que estas perdido, vamos pasa sientate a mi lado, los grandes espíritus te han traído hasta aquí
para conversar con tu alma.
_¿Pero
porque yo si mi vida no tiene importancia?
_
Nada de lo que veas en la carne tiene importancia tu cuerpo solo es
un instrumento del espíritu, son los anhelos del amor los que le dan
importancia a lo material, si un hombre trabaja duro para conseguir
riquezas, solo obtendrá riquezas vacías, pero si un hombre dedica
su vida a descifrar los enigmas de sus sueños obtendrá la luz de la
consciencia. Tu estas aquí porque ya no tienes nada que perder ni
nada que ganar, tu camino trasciende a la iluminación.
_
¿De eso se trata todo este mundo onírico, de encontrar la
iluminación? Pero yo no busco la iluminación, solo quiero paz.
_
Eres diferente a los que se sumergen en el inconsciente la mayoría
solo busca la dichosa iluminación para darse el titulo de dioses y
crear adeptos a sus religiones, entre estos y los zombis
materialistas no hay diferencia.
_
¿Pero de donde nace este mundo del inconsciente?
_
Para hacer la respuesta sencilla tienes que entender y aceptar la
idea de que existen múltiples formas de consciencia y múltiples
personalidades contenidas en un solo individuo.
_
Pero si yo soy yo aunque este enojado o alegre como dices que en
realidad estoy dividido?
_
Si pudieras reconocer y aceptar la sombra que te atormenta diría que
tú, eres tú, consciente de tus múltiples personalidades, pero en
ocasiones reconocemos que no somos totalmente conscientes de lo que
hacemos sumergidos en un mar de emociones y situaciones en las que
nos envuelve la vida, así que simplemente nos dejamos llevar por las
circunstancias y actuamos como si estuviéramos poseídos por otra
entidad viviente, por ejemplo: una persona deprimida a punto de
suicidase no es la misma persona si esta compartiendo risas con sus
amigos, son dos personalidades totalmente opuestas pero forman parte
de un mismo individuo.
_Eso
quiere decir que dentro de cada persona ahí todo un universo, ¿pero
como reconocemos nuestra propia ser interior?
_
Cada persona por sí sola, es una acumulación hereditaria de
patrones subconscientes preestablecidos que a la larga conforman una
potenciación continua a largo plazo, dando como resultado lo que
cada persona reconoce como su propio yo, lo cual es su consciencia
innata que va desarrollando y amplificando con el paso del tiempo.
_
Eso quiere decir que yo aquí y ahora existo en todo los rincones del
universo, y que solo puedo reconocer esta entidad viviente a través
de las experiencias heredadas por mis ancestros y la acumulación de
mis propias experiencias.
_
¡Exacto!, la historia de nuestros antepasados queda grabada en
nuestro inconsciente forjando el molde con el cual reconocemos lo que
somos y lo que nos rodea, para asentir nuestros instintos naturales,
como la necesidad arraigada que las mujeres tienen de proteger a sus
hijos cuando nacen o en ausencia del parto adoptar esta conducta
mediante la adopción. Es a través de estos patrones predeterminados
y la expansión de los sentidos que los oráculos predecimos
acontecimientos futuros, aunque ninguna historia se repita con
exactitud nadie puede escapar de su propio destino y aunque cada
quien sea dueño de su propia suerte estará siempre unido a las
leyes universales de su propio nacimiento como el cordón umbilical
que alimenta su espíritu y lo hace renacer en su esencia para
transforma lo que fue, en lo que sera. Pero no importa lo que este
escrito en las estrellas cada quien es responsable de interpretar en
su propio interior lo que crea conveniente.
_
En tiendo, eso quiere decir que mediante estas bases establecidas del
inconsciente se pude predecir el porvenir de una persona, pero aún
así, hay engranajes que quedan al azar de cada quien.
_
Sí, estas en lo correcto, estas bases no son otra cosa que
proyecciones simbólicas que permanecen sujetas al espacio y el
tiempo para dar a entender una idea fundamental del niño que habita
en el inconsciente de cada quien.
_
Comprendo, en toces este mundo en el que estoy sumergido es una
simbolización estructurada de mi propia búsqueda interior, eso
quiere decir que la torre, la ciudad de los sombiz, el rascacielos y
el ascensor son formas y escenarios invertidos desde mi realidad
hacia mi inconsciente para reiterar conflictos emocionales que no
había podido superar.
_
Exacto, ahí tienes a través de ti mismo la respuesta a tu pregunta
original, este mundo nace de ti mismo, así como la obra de un
artista refleja en sus colores y trazados todo su mundo interior al
mismo tiempo la ejecución de la obra y su conclusión le están
gritando subjetivamente al pintor la respuesta simbólica y
espiritual de sus conflictos más ocultos, por lo tanto, no es el
artista el que esta haciendo del arte una composición, es el arte
quien esta componiendo al artista para hacerlo un mejor individuo.
_
¿Pero cual es el propósito de todos estos fenómenos psíquicos,
espaciales y oníricos?
_
Llegar al razonamiento intrínseco y hacer que la luz y la sombra
dentro de un individuo se reconozcan, se equilibren y se totalicen
para dar nacimiento a una nueva consciencia.
_
¿Y que es eso del niño que habita en el inconsciente?
_El
niño es el alma del alma humana la esencia más pura de la
humanidad, todos los llevamos dentro pero lo eclipsamos cuando nos
hacemos adultos, su presencia es como la claridad de un espejo y la
obra de un pintor, en su pureza esta la verdad más profunda que
podamos encontrar en nosotros mismo, nos revela lo que realmente
somos y hacia donde debemos ir.
_
Si estoy dentro de mí ¿puedo encontrar a ese niño?
_
Si, él te esta esperando, cada paso que das en este mundo te acerca
más a él. Ahora tienes que irte, tu tiempo aquí ya termino.
_
Solo una pregunta más ¿si hubiera entrado en otra puerta del
pasillo abría cambiando mi comprensión de las cosas?
_
Por supuesto que sí, porque en cualquier momento no importa lo lejos
que hallas llegado tu destino puede cambiar por una mala decisión,
la intemperie del riesgo de tus decisiones queda a tu propia suerte,
más no pasa inadvertida al inconsciente que puede ver más allá del
espacio y sincronizar eventos que cambien tu vida, si expandes tus
sentidos en la oración, la meditación, la sinceridad, el canto, el
arte y la escritura tendrás la respuesta correcta a las señales de
tu niño interno, porque el es quien planifica los sucesos causales
como posibles soluciones a tus conflictos existenciales y pasionales.
_
¿Hora hacia donde debo ir?
_
Hacia lo más alto de la montaña, solo allí encontraras la paz que
tanto anhela tu corazón.
Dichas
estas palabras el oráculo desapareció de mi presencia como polvo
que se desvanece en el viento dejándome un poco desorientado de mi
destino.
Al
salir nuevamente al largo pasillo, las puertas que se encontraban a
los laterales desparecieron dejando solamente una que se ubicaba en
el fondo del corredor.
Al
pasar por la única puerta que quedaba me encontré nuevamente con
una escalera de caracol, amurallada por los ladrillos de una torre,
pero esta ves no descendía hacia las profundidades sino que se
elevaba hacia las alturas.
Ascendiendo
sin apresurar la marcha, recordé que sin advertir antes como había
llegado ha este mundo onírico, empecé mi largo camino tropezando
por una espiral similar. Caí en cuenta que debajo de la silla del
inconsolable anciano también se dibujaba un espiral, al igual que en
el mandala que serbia de alfombra al oráculo.
Echando
cabeza comprendí que al principio la espiral de caracol descendía
hacia los enigmas de mi psique y que luego de a ver llegado al su
núcleo evolucionaba hacia los confines de la existencia, al igual
que los giros que dan las vicisitudes, o el incansable movimiento de
una galaxia, la espiral era el símbolo de la muerte y el nacimiento
contemplando la metamorfosis de cada ser.
Llegando
hasta el ultimo escalón cruce una puerta hecha a mi medida.
LA
MONTAÑA
Como
por arte de magia aparezco en un sendero frondoso rodeado de
cirrocumulus que se pasean en la cúspide de una montaña, sobre el
sol, se arquea una aureola primaveral, en el horizonte florece un
paisaje colorido de vegetación selvática resplandeciente en la luz
del alba, aire frío, neblina y cerros se despliegan a lo largo y
ancho de un selva tropical.
Paseando
por un pedacito de cielo voy tocando con la yema de mis dedos el
pasto que me conecta a la tierra. Traspasando las verdes hojas de
los almendrillos los rayos del sol transforman el vacío del bosque
en un cuento de hadas.
Debajo
de mis pies las hormigas marchan de un lado a otro ocupados en su
labor, sobre mi cabeza las aves viajan a través del azul celeste,
toda la energía a mi alrededor retumba al unisono de mi corazón.
El
cosmos galáctico vibra dentro de cada pequeña partícula de este
ecosistema, y este ecosistema vibra dentro de cada pequeña partícula
de mí cuerpo.
Respiro
la vida, Oigo la vida, Veo la vida, Siento la vida y Saboreo la vida
fluyendo al compás de mis sentidos expandiéndose por toda la fauna
silvestre.
Caminando
por la montaña voy presenciando la metamorfosis del día, la tarde y
la noche.
Suave,
serena y húmeda se vigoriza la madrugada despertando en el canto de
los ruiseñores, antes de comenzar la supervivencia diaria todas las
especies de la selva gozan de un lapso perdido en el tiempo donde el
rocío de la mañana los abraza con su paz espiritual, y por un
instante todas las criaturas son un mismo soplo de aliento dejando a
un lado sus instintos predadores, reconociendo así la mística que
los une como hijos de la madre tierra. Poco a poco el resplandor
solar va calentando el día permitiéndole a las plantas alimentarse
del agua que viaja a través de la neblina. Balanceándose entre las
ramas los chimpancés van haciendo malabares alborotando con su
chillido una bandada de guacamayas que alzan su vuelos entre la copa
de los arboles, sin prisa las orugas se alimenta de la hojas y las
mariposas morfo van revoloteando sobre las flores resaltado en su
azul índigo, en las heladas corrientes de los ríos los salmones se
van dejando llevar hacia el mar, los mosquitos zumban sin parar de un
lado a otro, entre el cielo y la tierra todo lo que respira se mueve.
Rígida, áspera y soleada se calienta la tarde ahuyentando las
serpientes del camino que se ocultan en la sombra de las rocas para
emboscar a los curiosos y mal aventurados que se topan con su veneno,
en los espacios abiertos el calentamiento están agudo como la
combustión de un desierto dejando a la intemperie a las fieras mas
resistentes para luchar contra el calor, en calor del sol, los
samuros vuelan en círculos esperando la muerte de un viejo
cunaguaro, la comida de unos es el descenso otros. A estas
temperaturas y altitudes el conocer cada pequeño detalle de la
naturaleza, sus colores, sus sabores y sonidos es lo único que
garantiza la supervivencia. Cuando cae la luz rojiza del atardecer
opacada por el manto estelar comienza la conversión de los sentidos
conectando al hombre con su intuición sobre natural, todo lo que se
puede ver en las tinieblas de la noche son sombras irreconocibles que
se convierten en figuras amorfas que juegan con los miedos mas
profundo del ser, los sonidos se convierten en ruidos perturbadores
que golpean el tímpano como la bulla incansable de una ciudad que
nunca duerme, ningún lugar es seguro, las criaturas asechan en
cualquier rincón, mirando, esperando el cansancio de los ojos para
devorar a los intrusos, la oscuridad reconoce los latidos de un
corazón asustado.
Caminando
en la abstracción las luciérnagas centellean a mi alrededor
acompañadas por el canto de los grillos y las ranas. El monte alto
rasguña mis brazos haciendo mas lento mi andar, pero ya he paso por
muchas dificultades, ahora veo que en este loco mundo onírico ahí
algo mas que me guía y me inspira a seguir caminando.
Sobreviviendo
en los caminos de esta montaña puedo comprender que existo mas allá
de los sueños y la realidad que la consciencia es parte del
inconsciente y que, aunque los traumas atormente mis sentimientos
dejando a la deriva los pensamientos puedo organizar mis emociones a
través del razonamiento intrínseco y elegir mi propio camino a la
vida. En este momento se que tengo el poder de despertar en mis
sueños y racionar los enigmas de mi pasado para lograr un mejor
porvenir.
Siguiendo
la marcha hacia lo más alto de la montaña vi a un costado de la
ruta un inmenso pastizal dorado que brillaba como el sol.
EL
ALMA DE UN NIÑO
Caminando
entre el pasto dorado hacia la frescura de un enorme samán vi volar
sobre las nubes un cometa de colores, de esos que adornan los cielos
de los barrios humildes.
En
el horizonte las montañas se perdían con el firmamento vislumbrando
en la claridad de la luna centellas fugaces que cruzaban el orbe.
Pasando
rápidamente frente a mi iba un niño gritando.
_
¡corre! ¡corre!, ¡corre de tras de la aurora!
En
su veloz zancada alzaba aquel cometa de colores que ya había visto
sobre las nubes.
A
la distancia la cola del papagayo se fue alargando para formar una
estela cromática que se mezclaba entre el amarillo, el naranja, el
rojo, el azul índigo, el violeta y el verde limón creando en su
resplandor una aurora que embellecía la oscuridad del espacio.
Impulsado
por una inmensa alegría corrí detrás del chiquillo para
alcanzarlo, su enérgico entusiasmo me inspiraba a querer ser tan
libre como la luz de la mañana.
Al
alcanzarlo nos detuvimos debajo del samán donde el hombrecito se
puso a buscar algo sobre la hierva, mirándome enfáticamente me
dijo.
_
¡Cuidado! ¡No te muevas! porque puedes aplastarla.
_
¿Aplastar que niño?
_
La felicidad, es que corrí muy rápido y se me cayo.
_
¿Pero como es?
_
¡Hooooo! ¿No sabes como es la felicidad? Pero si es fácil de
reconocerla solo tienes que visualizarla.
_
Pero si la felicidad es solo una visualización eso quiere decir que
en realidad no existe pequeño.
_
Claro que existe no la puedes ver porque tu no quieres hacer nada
para encontrarla, solo vives en un mundo superficial donde el amor es
una vulgar manipulación sentimental y las apariencias se dejan
llevar por las apariencias extinguiendo la sinceridad del alma.
_
¿Cual sinceridad niño? Tu dices eso porque solo eres un infante y
no puedes saber lo duro que es estar en los pensamientos de un
adulto.
_
¿Pero cuales pensamientos? Si los adultos no piensan en nada
sencillamente se dejan llevar por los objetos materiales y físicos
olvidando por completo que dentro de su humanidad vive un alma que
vibra al unisono de la creación, un alma que solo necesita recibir y
dar amor para ser feliz.
_
Lo que dices escapa a la realidad porque es muy fácil enamorarse de
cualquier cosa o persona pero cuando el amor se pierde o no es
correspondido es muy doloroso.
_
Eso pasa porque para los adultos el amor esta fuera del cuerpo, en
otras personas y sobres los objetos, pero jamas buscan dentro de su
propia alma.
_
Pero di me pequeño, que ahí dentro del alma humana que pueda darle
paz a las sombras del pasado.
_
El milagro de la vida.
Caminando
hacia mi el pequeño me abrazo haciéndome sentir una paz
espiritual que había buscando durante tanto tiempo, desvaneciéndose
poco a poco en mis brazos el niño se fue uniendo a mi cuerpo y mi
espíritu, en ese momento entendí que aquel pequeño era la parte de
mí que había perdido año atrás, la fantasía y la inocencia que
se habían trasformado equívocamente en errores y rebeldía. Más
vivo que nunca seguí mi camino a la cima.
COMPLEMENTACION
ANIMICA
Llegando
a la cumbre de la sierra veo en la distancia los valles, océanos,
lagunas y desiertos de todo el planeta conectándose en un solo
ecosistema que respira y comparte toda su virtud.
En
la cima, las frías corrientes de aire congelaban mi piel, a merced
de una hipotermia tenia que conseguir un refugio acogedor para
calentar los músculos entumecidos.
El
fuego de mi voluntad me mantenía en pie, pero el vigor de mi cuerpo
me abandonaba rápidamente. La angustia me invadió por completo
abismando mis esfuerzos, sin saber que hacer deje caer mi humanidad
al suelo.
Mis
deseos de seguir me mantenían lucido mirando las estrellas y la luna
llena, pero a pesar de mi obstinada insistencia el final de mi
travesía me sorprendía haciendo brotar lágrimas de impotencia.
Fue
efímero cuando recordé que ya había estado aquí, aquella
evocación, de encontrar algo perdido entre las amorfas nubes de la
noche helada, me lo recalco con mayor lucidez.
Juro
que esto ya lo había vivido, ondeando en el rompecabezas de mi
sensaciones la chispa del niño guiaba mi camino hacia su presencia.
Llorando
desdes otras tierras apareció ella en vuelta en un destello de luz,
justo antes de mi último aliento. Confundida al igual que yo cuando
llegué a este mundo de ensueños, ella buscaba entre los laberintos
de sus recuerdos revivir una promesa que se había hecho desde niña.
Delgada,
casi de mi estatura, con un aura que desbordaba una profunda
devoción afectiva, tan sensible que desde muy lejos podía sentir mi
dolor. Resplandecía en el brillo de su desnudes.
Mirándome
con sus ojos transparentes de sinceridad y pureza, seco sus lágrimas
dibujando una leve sonrisa en los labios. Apartando la maleza de mi
alrededor me dijo: “ven a mí, deja de luchar con tu ego y
amemonos, porque juntos somos infinitos”, luego la luz que la
rodeaba se hizo mas intensa hasta dejarme ciego por un instante.
Cuando recupere la visón su cuerpo yacía tirado en el suelo y su
alma flotaba en el aire como si fuera su mismo cuerpo pero
trasparente y brillante, en vuelto en una llama violeta.
Arrastrándome
en la grama, herido y medio muerto llegue hasta el brillo de sus
pies. Mirando al suelo le pregunte.
_
¿Eres un hada?
_
No, soy igual que tú, ni más ni menos.
_
¿Pero como sabes que somos el uno para el otro?
_
Porque ya lo hemos sido en muchas otras vidas, solo que los
sentimientos no se pueden percibir en la realidad humana, como los
percibe el alma en el inconsciente.
_
Pero cual es la diferencia, si siempre nos enamoramos de muchas otras
personas.
_
Sencillamente porque cuando estamos juntos no tenemos que fingir ni,
juzgar, ni usar mascaras para fluir como uno, no trates de acordarte,
solo mira me a los ojos.
Tan
solo con el cruce de nuestras miradas, entendí que la distancia que
nos había separado no era kilométrica, sino de pasiones que se
guardan en lo más hondo del alma, para aflorar tan solo en la
presencia del ser amado.
Sincronizando
los sentimientos, nos encontramos en el mismo lugar para recordar
juntos los que nos unía mas allá de los sueños.
En
una visión telepática compartimos el mismo recuerdo de cuando
eramos adolescentes y nos encontramos en la causalidad de las
tragedias, despertando, en ese primer encuentro, la pasión de sentir
la presencia del otro aunque los cuerpos estuviesen lejos, como un
aroma que penetra en el corazón y se manifiesta en palpitaciones
aceleradas que desprenden el alma en sueños y recuerdos, para volar
a través de los astros hacia su complementacion anímica.
CONFESIONES
Atrapado
en una fiesta de fin de año me estaba muriendo por dentro, la casa
resplandeciente en lujos y comodidades era una grieta cubierta con
benditas que mostraba a los glotones invitados la cara fina y
presentable que se alejaba de las discusiones y gritos familiares que
retumbaba a diario los rincones que ya había estremecido la bestia
hacia unos 12 años atrás.
Al
verlos a todos reunidos, sus logros aplastaban mi equivoca
existencia, las luces de navidad que parpadeaban enrolladas en el
arbolito le daban vueltas a mi cabeza.
Todo
era una mentira, la familia, los amigos, los títulos, la
emancipación, el sexo, todo era una vulgar ilusión de los anhelos
reprimidos y mal aventurados de mis experiencias, a la final siempre
me encontraba perdido en otro mundo, deseando con todas mis ganas
saltar del edifico más alto.
La
ultima copa la tome de un solo sorbo, para sentir como el amargo
licor bajaba quemando mi garganta.
Alejándome
de los invitados, de la musica escandalosa y las risas fingidas subí
las escaleras y me aisle en mi antigua habitación de niño.
La
muchedumbre siempre me hacia huir hacia los espacios aislados, donde
nadie pudiera adivinar lo que hacia, no por miedo, ni ocio, sino
porque me sentía cómodo en la paz del silencio, como si las voces
que escuchaba en mi cabeza se durmieran.
ahí,
inmóvil, recostado de la cama me quede observando la luna llena a
través de la ventana, hasta que una sombra negra golpeo mis
pensamientos, haciéndome entra en un trance histérico, como si
sufriera de un repentino ataque epiléptico.
En
el torbellino de locura puse mis manos en mi contra, las pose
alrededor de mi cuello y apreté con todas mis fuerzas hasta casi
asfixiarme.
En
el forcejeo pataleaba las paredes y derribaba todo lo que encontraba
atravesado en mi camino.
Me
odiaba profundamente, por no a verme defendió en aquel momento de la
bestia, castigando mi vivir en una irracional existencia.
En
la cólera de mi demencia no advertí que la puerta de la habitación
estaba abierta, hasta que en chock vi la silueta de su cuerpo a
contraluz de la entrada.
Sin
intimidarse por mi alocada actuación, se quedo ahí, sin decir nada,
como tratando de apaciguar mi comportamiento con su alma.
Entre
cejas fruncidas le grite: “¡vete de esta mierda!”, aunque en
realidad no sabia quien era, porque el destello de la luz que
alumbraba el pasillo hacia borrosa su imagen. A pesar de mi contesta
altanera respondió tranquilamente, sin asustarse.
_
No dejes que el recuerdo te haga daño, aunque no lo creas sé por lo
que estas pasando.
Su
voz en el caos del espacio fue como una caricia que calmo de
inmediato mi arrebato de locura, apenado por mi mala contestación,
rendí todas mis fuerzas y de nuevo me senté a orillas de la cama a
contemplar la luna sobre la lluvia que se había desatado en mis
ojos.
Pensé
sin importancia que se iría, y me dejaría solo en aquel laberinto
oscuro, pero sigilosamente cerro la puerta y se sentó a mi lado. Su
cuerpo a pocos centímetros del mio paralizo momentáneamente mi
corazón. No me atreví en aquella confusión a mirarle el rostro,
haciendo un esfuerzo sobre humano clave mis ojos en los misterios que
ocultaba la inalcanzable luna, de momento estaba volando sobre las
nubes, hasta que de nuevo su voz me hizo aterrizar, pero no en la
tierra, sino en su alma.
_
Dicen que solo un loco puede entender a otro loco, y que lo que
hablan entre ellos es un lenguaje superior al de la consciencia
colectiva.
Suspirando
seque mis lágrimas con la manga de la camisa y le pregunte sin
quitar la mirada de astro nocturno.
_
¿Tu también estas atrapada entre las cicatrices del pasado?
_
Sí, y te confieso, sin conocerte, que también quisiera huir a una
isla donde no exista nadie más que yo, por eso te pido disculpa,
porque se que esta es tu isla y yo solo soy una intrusa.
Lentamente
aparte los ojos de la luna llena y la mire solamente a ella. Entre
todo el tumulto de gente que se había reunido abajo a esperar el fin
de año, ella era el único ser que podía sentir vivamente mis
tragedias. Su rostro mostraba una serenidad que ocultaba terribles
desventuras, tan profunda era su esencia que absorbía la mía, como
si su dolor arrullara mi dolor para dejar de sentir sufrimiento
delante de ella. Tragando algo de saliva atragantada en mi garganta
le dije, intentando dibujar una sonrisa amigable.
_
Tranquila, la ventana es lo suficientemente grande para los dos.
Sin
que ella advirtiera mi nerviosismo, nos quedamos en silencio. Luego
de una hora de estar en sumisión y sentir hasta la mas leve gota de
sudor en su piel, me sentía tan cómodo a su lado que los nervios se
fueron transformando en una mezcla de paz y felicidad.
Arrimándose
lo mas posible a mi, apoyo su cabeza en mi hombro y me dijo
dulcemente: “abraza me”, cuando mis brazos se anudaron a su
cuerpo, en sus mejillas las lágrimas echaron a correr y temblando me
confeso.
_
Desde hace años estoy arrastrando una pena que calcina mi espíritu,
hay días que no se quien soy, ni lo que hago, solo quiero que sepas
que estoy aquí porque ya no tengo nada que perder, si quieres puedes
tomarme y hacerme tuya, en la mañana todo se olvidara.
Escucharla
decir esas palabras era como mirar a una mujer atada a una estaca de
madera siendo quemada y torturada, como lo hacían en épocas
medievales donde cualquier joven acusada de bruja era quemada, a
pedrada, escupida y humillada en publico.
Su
alma en llamas despertó sentimientos que nunca había sentido,
aflorando pasiones inimaginables por mi espíritu sumiso, confesé
sentir en se momento lo que ya había sentido cuando se sentó a mi
lado sin hablar.
_
No me importa tu pasado, solo quiero tomar de ti tu presente, no por
vicio, sino por amor... te amo.
ALMAS
GEMELAS
Casi
muerto, con sus manos traspaso la carne y los huesos de mi cuerpo
para masajear mi moribundo corazón, que se congelaba a merced de las
heladas corrientes que soplaban en la cima de la montaña, de un
jalón separo mi espíritu de la armadura que lo aprisionaba
abrigándome en su calor.
En
un juego de caricias mi alma se fue uniendo a ella elevándonos más
alto que las montañas para alcanzar el fulgor de las nebulosas,
moribundo en el suelo quedaron nuestros cuerpos que se fueron
evaporando para formar parte del oxigeno, la tierra, los arboles, las
frutas y los océanos.
En
un beso liberamos todos esos sentimientos que habíamos guardado
durante años y que tanto se habían confundido en la piel de otras
personas
En
el circulo de la reencarnación siempre habíamos estado juntos,
hasta llegamos a amarnos siendo en otras vidas individuos del mismo
sexo, parientes de la misma familia, criaturas de distintas razas,
formas y colores.
Los
sentimientos del alma no eran esas reacciones impulsivas que las
personas seguían por placer o engaño mutuo, sino que se escondían
en esas extrañas parejas opuestas que al unirse hacían un
complemento espiritual.
El
sol, y la luna eran los opuestos universales que siempre habían
guiado inconscientemente al hombre hasta este entendimiento astral.
Envueltos
como un meteorito fuimos traspasando la capa de ozono, a toda
velocidad cruzamos el sistema solar y la vía láctea, el amor nos
seducía a través de los confines del espacio.
En
un abrazo fundimos nuestra esencia para procrear un nuevo ser que
irradiaba la complementacion anímica de la creación.
De
nuestra luz nació un niño que voló hasta otro universo.
En
su corazón llevaba la fuerza de la madre y la sabiduría del padre,
y en su alma el amor que sembraría una nueva consciencia, fundada en
la sinceridad y la unión.
AMOR.
Mirarte
de lejos y verte crecer le da sentido al día en que nos conocimos.
Como
un niño pidiendo auxilio en ti deje mi alma para descansar de las
sombras que atormentan mi pasado.
Sobre
tu piel desnuda escuche latir tu corazón, la vida nos envuelve
entrelazando nuestras almas para soñar con un mejor mañana.
Ocultos
en un rincón de las estrellas a lo lejos se escuchaba la bulla de
una ciudad desesperada por la rutina y las mascaras de la sociedad.
Volando
en la venta de nuestro refugio revolotean las constelaciones como
mariposas enamoradas de nuestra pasión.
Como
expresarte lo que estoy sintiendo si fue tu amor quien me inspiro a
escribir este poema que nace de tu vientre.
Si
existe un dios solo el sabe lo feliz que me hace estar en ti aunque
seamos de diferentes dimensiones.
Tu
existencia complementa la mía, tu luz ilumina mi oscuridad, tu
presencia me hace callar y gritar por dentro, tan solo con un beso te
puedo decir lo que siento.
No
es tu cuerpo, no es tu sexualidad, es la trascendencia de nuestros
géneros mas allá de lo material.
Tu
eres el origen de mi espiritualidad y el nacimiento de mi
consciencia.
UN
DIOS MÍSTICO
Unificados
sentimos la irradiación energética de dios.
No
era el dios de las religiones mundanas que adoraban los creyentes
fanáticos de sus propias creaciones dogmáticas. Manipuladores del
vacío espiritual con el cada hombre nace para jugar con la voluntad
de los que duermen atrapados en las pesadillas de sus traumas y el
descontrol de su propia alma. De aquellos que desahogan todos sus
pecados en una imagen totémica para poder seguir cayendo en los
mismos errores.
Místico
como las fantasías esenciales de un chiquillo para desarrollar su
sano crecimiento era el dios del universo.
El
dios de la voluntad, la sincronicidad y la causalidad, de la energía
y la materia, de la luz y la oscuridad.
El
dios que cada uno lleva en su interior. La unificación anímica de
los designios humanos en un solo sentimiento, amor, tan simple y puro
como un niño que lo enmascaramos con el ego adulto.
Por
un instante nos fundimos a todas las formas sustanciales del
inconsciente derramando sobre nuestra consciencia todo el
conocimiento de la existencia.
Las
partículas dispersas en la antimateria se comunicaban en una
infinita sinapsis para formar un hipocampo cósmico que le daba
memoria a todo el universo de las ramificaciones psíquicas que se
entrelazaban con cualquier individuo haciendo de los pensamientos un
microcosmos del macrocosmos astral que guarda a través de los siglos
la evolución potencial de los seres.
El
vientre de la vida nos envolvía para ser uno con la creación y
dejar de renacer en el cuerpo, para ser infinitos en el alma.
Más
allá de los sueños nos encontramos con nuestro hijo perdido, pero
era uno, sino miles que estaban esparcidos por todas las galaxias
construyendo los pilares de un nuevo camino a la vida.
DERECHOS DE AUTOR: JUAN JOSE MORILLO CARDOZO
VENEZUELA-MARACAY-EDO. ARAGUA.
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